La Estrategia de Negacionismo del fascista gobierno de Iván Duque no Admite Dejar Ver la Verdad, por eso ha reaccionado contra el informe de la Oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas (AcnuDH), según el cual existe “un nivel de violencia endémica” que revela que en el 2019 se presentaron en Colombia 36 masacres que representó la muerte de 133 personas, cifra de las más altas que ha reportado ese organismo internacional desde el año 2014
El tirano de Iván Duque está incómodo porque la ONU en su informe relaciona el masivo asesinato de centenares de líderes sociales y excombatientes de las Farc y el cruel y criminal accionar de la Policía con su denominado Escuadrón Antidisturbios (ESMAD)
El tirano está molesto porque la oficina de la ONU documentó el asesinato de 108 de personas defensoras de derechos humanos en el 2019, que representa un incremento del 50% en relación con el 2018
En un país como Colombia, postrado a los Estados Unidos y las grandes corporaciones multinacionales, el tirano negacionista de Iván Duque denomina intromisión en la soberanía, a la verdad en el caso especifico de la recomendación de cambiar la vigilancia de instituciones como la Policía, cuestionada y untada no solo en asesinatos, exceso de fuerza y el uso de armas letales contra civiles en las protestas, sino también de acontecimientos de corrupción.
El negacionismo del tirano está bien montado sobre una maquinaria cuyas piezas están perfectamente engranadas desde los ministros, altos funcionarios, el partido de gobierno Centro Democrático y hasta la Cancillería que procedió oficialmente ante la alta comisionada, Michelle Bachelet, aduciendo que el reporte es “incompleto, desbalanceado, superficial y limitado” y hasta crearon la tendencia #FueraONUdeColombia, todo un complemento mediático para desviar la atención, minimizar la gravedad de las cosas, confundir y dar por hecho que todo está bien para no parar el rio de sangre y violencia que se repite como en el gobierno de su máximo líder del partido de gobierno el cuestionado Álvaro Uribe.
Se quiere ignorar, ridiculizar, menospreciar a uno de los organismos multilaterales de la política global representada por la Oficina de la Alta Comisionada, principal organismo de las Naciones Unidas para los derechos humanos, delegada por la Asamblea General con la misión de promover y proteger los derechos humanos, siendo una instancia de alta importancia para muchas Naciones, pero que tiranos negacionista como Iván Duque termina convirtiendo en saludo a la bandera.
El informe de la Alta Comisionada de la ONU es real, es más se queda corto ante la cruel realidad que se vive en Colombia, donde no solo se asesina, se amenaza, se judicializa, se reprime, sino que millones de personas están castigadas por la pobreza, el hambre, sufren con la crisis del sistema de salud, la carga de impuestos, el alto nivel de corrupción, la falta de empleo, el daño ambiental y hasta la falta de agua y servicios básicos y la tiranía es de tal magnitud que se molestan por unas recomendaciones resultantes de un año de observación, presencia, discusión y análisis con el Estado soportadas en 1.151 misiones debidamente documentadas en el terreno a nivel nacional, departamental y con quien denominan sociedad civil.
El negacionismo del Tirano Iván Duque no le permite darse cuenta por ejemplo que la falta de acceso a la justicia perpetúa la impunidad y la violencia, según el informe, la Fiscalía General de la Nación tiene presencia en casi la mitad de los municipios de Colombia y mientras reconoce que solo ha sido asesinado un líder social, la Defensoria del Pueblo tiene en sus registros 134 y la ONU informa de 108.
El informe no absuelve o acusa, no vincula, son simples recomendaciones ante la sistemática violación de los derechos humanos, en cumplimiento del acuerdo firmado por Colombia y si la reacción es de tal magnitud contra la Alta Comisionada de la ONU, que puede esperar una persona de a pie, la gente del común, las víctimas, al tiempo que la carnicería y el rio de sangre continúa y la represión aumenta.
En definitiva se requiere ser cínico para negar los asesinatos, las amenazas de muerte, los problemas sociales, el daño ambiental, la corrupción, en general la sistemática violación a los derechos humanos
Javier Correa
Secretario General
Junta Directiva Nacional de Sinaltrainal